viernes, abril 20, 2007

Al norte y al sur




Llegó la hora de hablar. Él lo necesita y creo que será bueno para mí también. Es hora de darle forma terrena a todos esos castillos construidos en el aire en tiempos pasados.
Me dijo que ya sabe cómo es el lugar, tiene ventanas al norte y al sur. Yo sé que tendremos todo lo que nos es necesario y precioso: el cubre rojo, la sombrilla al revés, aceite de oliva y el té con hibiscos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Al caballero que escribía aquí a nombre de Callano le informo que mi vehemente respuesta a su impertinente intromisión en los asuntos que no le incumben fueron eliminados por la autora. Pero ni se sueñe que me quedaré callado cuando vuelva a importunar,

Anónimo dijo...

Mucho me temo que el Hombre que Fuma, con su estela de tristeza y desgracia, pero especialmente mi estúpida ira que se vino a instalar justo en este hermoso post, se conjugaran para arruinar el bello escenario que aquí se contaba.

Renata dijo...

No culpes a otros, ni siquiera a las circunstancias, de lo que nos despara el destino. Nuestra vida es lo que hacemos de ella, para bien o para mal, y somos responsables de la mayor parte de sus acontecimientos